MIGUEL DE CERVANTES.-
Cervantes nace en 1547 en Alcalá de Henares, de Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas. Probablemente residió en diversas poblaciones de España al tener que acompañar a su padre, que quería mejorar su profesión de cirujano. Poco se sabe de sus estudios: sin embargo, hay que resaltar que, en Madrid, fue discípulo del profesor de Gramática Juan López de Hoyos. Muy joven, a los veintidós años forma parte del séquito del cardenal Guilio Acquaviva. A su servicio recorre las principales ciudades de Italia y, en ellas, goza intensamente del mundo renacentista, lo cual deja una profunda huella en él.
Si toda obra artística es, de algún modo, una autobiografía, esto, tal vez, se puede afirmar de la de Cervantes con mayor verdad.
Su juventud transcurre en el momento más alto del Imperio español; su madurez presencia el derrumbamiento de su poderío. Efectivamente, nace en la época de mayor esplendor político, cuando el emperador domina Europa y tiene en sus manos el florecimiento de los dominios de ultramar; su mocedad vive este momento e incluso asiste personalmente al hito de Lepanto; su madurez contempla la decadencia y es protagonista humilde, como recaudador de impuestos, del símbolo del deterioro: La Armada Invencible.
Cervantes nace y se forma en pleno auge del Renacimiento y, por otra parte, vive con intensidad los primeros del siglo XVII, en los que el humanismo universal del Clasicismo da paso a la problematización y exhuberancia del Barroco. Los mismos años de su producción literaria, 1585-1616, están a caballo de este cambio. Cervantes sintetiza los aspectos literarios fundamentales del Renacimiento y, al mismo tiempo, crea la obra más representativa del Barroco.
Si en la victoria de Lepanto fue un héroe, a la destrucción de la Armada Invencible contribuyó con su humilde cargo. Por fraude y por deudas le meten en prisión. Muere el 22 de Abril de 1616, pobre, en Madrid.
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